Desesperante: vive en una terminal de ómnibus en Neuquén con su perro y está muy enfermo

El hombre está en situación de calle, tiene una enfermedad preocupante y su único compañero es su perro Aio. Una vecina ruega que lo auxilien.

Un hombre en Neuquén necesita ayuda.
Un hombre en Neuquén necesita ayuda. Foto: Freepik

Germán es un joven que se encuentra en una situación de gran vulnerabilidad: duerme en la Estación Terminal de Ómnibus de Neuquén con su perrito y debe usar una sonda por su afección. Una vecina está pidiendo a gritos que alguien se encargue de ayudarlo.

Germán no molesta a nadie; algunos vecinos se acercan a ofrecerle comida, pero su panorama es muy complicado. Además de vivir en la calle, tiene una discapacidad que le genera incontinencia, por lo que debe usar pañales y una sonda.

Germán, el hombre que vive en la calle y necesita ayuda

El joven fue a parar a este lugar porque estaba recorriendo el país, pero no puede continuar su viaje debido a las escaras (lesiones en la piel) que le provocó su propia bicicleta.

Germán, el hombre que vive en la estación de ómnibus de Neuquén con su perro.
Germán, el hombre que vive en la estación de ómnibus de Neuquén con su perro. Foto: LMNeuquén

Gabriela, una vecina de la ciudad, le lleva comida y dice que el hombre no puede estar así. “Yo lo vi muy mal, tirado en el piso. Se ve que los cambios de clima le afectan la columna. Hace días atrás lo mandaron al Heller para que lo vea un urólogo. Pero yo digo, en la situación en que está, ¿por qué no mandan una ambulancia por él?”, expresó la mujer a LMNeuquén.

Además, contó que él recibe una pensión del Estado por su discapacidad que le alcanza para pagar un alquiler, sin embargo, nadie quiere alquilarle un lugar. Ella ya se comunicó con diferentes organismos como el Ministerio de Desarrollo Social y Trabajo o la Municipalidad, pero no obtuvo respuesta.

La vecina no sabe qué más hacer y está preocupada por la salud del joven, quien asegura que es muy bueno con todos los que se le acercan, e incluso, él mismo da una mano. “Lo ves y no podés creerlo. Es un ser humano, se está muriendo y nadie hace nada. Yo lo admiro, en su lugar me dejo morir en la cama de un hospital”, contó la señora.