Fuego y extorsión: denuncian amenazas a una agencia de lotería de Rosario

En una semana intentaron incendiar dos locales de los barrios Echesortu y Pichincha.

La policía inspeccionó la esquina de Mendoza y Valparaíso en busca de evidencia.
La policía inspeccionó la esquina de Mendoza y Valparaíso en busca de evidencia. Foto: @mumiyadanza

Un principio de incendio despertó este miércoles a vecinos de la zona oeste de Rosario. El ataque vandálico tuvo como blanco a una agencia de lotería que ya sufrió otra agresión similar hace una semana. Esta vez, la policía encontró una nota con un mensaje extorsivo vinculado al juego clandestino.

El fuego no provocó daños significativos a la madrugada en la esquina de Mendoza y Valparaíso. Sin embargo, los investigadores advirtieron de inmediato que el local pertenece a la misma empresa que explota otro negocio de Pichincha en el que ocurrió un episodio idéntico.

La policía presume que el principio de incendio en Echesortu se desató a partir del uso de una bomba molotov. A primera hora, el comercio permanecía cerrado mientras las fuerzas provinciales de seguridad terminaban de inspeccionar la zona.

Durante el operativo, las autoridades recogieron un papel con amenazas al dueño de la agencia El Califa. En el caso anterior, la empresa sufrió otro ataque con combustible prendido fuego en su local de Jujuy al 2300.

En primera instancia, la policía descartó personas heridas por el ataque vandálico. Sin embargo, la serie de casos y la nota hallada modificaron el escenario después del primer hecho.

Amenazas y juego clandestino en Rosario

Luego del ataque incendiario en la agencia El Califa de barrio Echesortu, las autoridades encontraron una hoja que decía: “Comunicate con la mafia si querés seguir laburando con los juegos clandestinos”. Así asoma una posible extorsión como motivo del acto vandálico.

No es la primera vez que la zona oeste es escenario de amenazas vinculadas a las apuestas ilegales. A mediados de 2019, la policía reportó la balacera contra un edificio ubicado a pocas cuadras del local de El Califa. En ese caso, el destinatario del mensaje intimidatorio fue Leonardo Peiti, un empresario que admitió el pago de coimas a fiscales para mantener ese negocio ilícito.