Pidieron una nueva autopsia a Florencia Morales y la Justicia quiere que los costos los pague la familia

El segundo estudio forense estaría a cargo de profesionales de las tres circunscripciones judiciales de San Luis.

Florencia Morales.
Florencia Morales.

Los abogados de la familia de Florencia Morales, la mujer que murió estando en una celda en la Comisaría 25 en Santa rosa del Conlara, solicitaron una nueva autopsia.

Santiago Calderón Salomón y Federico Putelli argumentaron que el primer examen forense fue "insuficiente" y hubo "problemas técnicos" y se omitieron detalles como las lesiones que la mujer presentaba en brazos y piernas.

El juez a cargo de la instrucción, Jorge Pinto aceptó el requerimiento y la medida la llevarían adelante forenses de las tres circunscripciones judiciales (San Luis, Villa Mercedes y Concarán).

El problema surgió porque el magistrado determinó que la familia de Florencia Morales tendrá que hacer frente a los gastos. Esto implica el pago de la apertura y cierre del féretro como el traslado ida y vuelta de Santa Rosa a Villa Mercedes.

Calderón Salomón explicó que el pedido de la reautopsia surgió “de la pericia insuficiente que realizó el (forense) actuante. Por eso nos obliga a hacerlo”.

El abogado también cuestionó la medida de Pinto porque le impone a "la familia que pague para investigar".

La versión inicial del suicidio ha perdido fuerza en las últimas audiencias debido a que se conocieron las lesiones en brazos y escoriaciones en las piernas.

Además, detectaron que faltaron estudios sobre el cuerpo de la víctima como una biopsia en el cuello, apertura del cráneo e hisopados en la zona genital.

A eso se sumó, la declaración de la médica de la localidad, Daniela Fogel que atendió a Morales antes de ser encarcelada. Relató que estaba “exaltada” con los efectivos de la comisaría y no encontró lesiones en el cuerpo.

El 5 de mayo se cumplirá un mes que Florencia Magalí Morales apareció sin vida en una celda de la Comisaría 25 y todavía persisten las dudas sobre las causas de la muerte.

Fuente El chorrillero