Karen, la joven que cambió la capa y la corona por el uniforme militar

Karen Becerra representó a Colonia Alvear Oeste en la Vendimia de General Alvear. Ahora es parte del Ejercito Argentino. Los proyectos de una soberana y soldado que no se anda con rodeos.

Karen combina la corona con el uniforme.
Karen combina la corona con el uniforme.

Durante este 2020 Karen Becerra (19) persiguió sus sueños y al menos uno de ellos, tal vez el más importante de todos, lo pudo cumplir.

A principio de año comenzó ilusionándose con llegar al reinado de la Vendimia y representar a General Alvear en la gran fiesta en el anfiteatro Frank romero Day.

La representante de Colonia Alvear Oeste lució orgullosa los atributos de soberana distrital,  participaba de eventos y capacitaciones, posaba ante las cámaras y daba entrevistas.

El camino hacia la corona alvearense y su gran ilusión quedó trunco cuando coronaron a Celeste Nedic, Sin embargo, Karen no paró nunca de perseguir sus metas y así fue como los extraños caminos de la vida la condujeron hacia su destino.

La reina distrital cambió la capa, el maquillaje, los peinados elaborados y la corona, por el uniforme militar.

“Desde los 13 años me empecé a interesar en la vida militar”, contó Karen, y aclaró que no tiene familiares ni personas cercanas que integren esa fuerza y le hayan servido de inspiración para seguir un camino tan particular.

Si bien su vocación venía forjándose desde el comienzo de su adolescencia, la oportunidad de cumplir su sueño llegó este año. “Durante la pandemia el Ejército prestó servicio en General Alvear y abrieron las inscripciones en la oficina de empleo, donde uno iba a retirar su carpeta de estudios e inscripción”, precisó.

Luego de cumplir con esa etapa, llegó la ansiada citación en la que le informaban que el 5 de octubre comenzaría la instrucción.

Finalmente, el viernes 27 de noviembre culminaría el primer objetivo al recibir su diploma en Instrucción Básica del Regimiento de Caballería de Exploración de Montaña 15 “Libertador Simón Bolívar”.

Egresé como soldado de segunda en comisión. Ahora tengo varios caminos por seguir”, comentó orgullosa Karen. Entre las opciones que considera están la Escuela de Suboficiales en Buenos Aires, el Colegio Militar o rendir en la provincia para ser cabo artículo 11 (soldados voluntarios que ingresan sin título secundario).

En cuanto a su futuro, la joven soldado sueña con “poder permanecer como cuadro del Ejército y, además, ser instructora para futuros soldados”. “Es muy lindo poder transmitir experiencias y enseñar”, reflexionó.

Un cambio de vida

Karen aseguró que sus amigos se sorprendieron ante su incorporación a la fuerza, lo que fue “muy rápidó”. Por el contrario, su familia estaba al tanto de su vocación ya que hacía tres años que intentaba pertenecer.

Es que la flamante soldado fue reservada respecto a su sueño. Es más, a lo largo de su experiencia vendimial no comentó mucho sobre el tema ya que, en su opinión, “no mucha gente hoy en día acepta que una mujer ingrese a las filas del Ejército”.

De su paso por Vendimia sacó también aprendizajes, le “enseñó sobre Mendoza, sobre nuestras costumbres y valores que a veces están un poco perdidos”.

Cuando se supo que comenzaba la carrera militar, muchos se sorprendieron y Karen acepta que el inicio “fue duro”, pero que gracias al apoyo tanto de su familia y seres queridos, como de “los alvearenses y oestinos”, tuvo la fuerza que necesitaba cada día para superarse.

Pero así como recibió acompañamiento, otras personas no la tomaron en serio. “Tanto dentro de la fuerza como afuera, en la vida civil, tuve que lidiar con apuestas sobre mi capacidad para permanecer acá adentro”, contó.

La soberana acepta que se sintió subestimada pero eso no la desalentó. Por el contrario, fue un motor para esforzarse más y demostrar que “acá adentro, con esfuerzo, se logra y se demuestra igualdad”.

A modo de reflexión, y como mensaje hacia quienes tienen un sueño por cumplir, la soldado Becerra concluye diciendo que “no hay límite ¡Todo está en la fuerza mental! Hay que confiar en los tiempos de Dios. ¡Todo llega!”.

*Este texto fue publicado originalmente por Los Andes. Se reproduce aquí con la autorización correspondiente.