La indignante carta del monstruo de Olavarría: “Los metí al freezer para que puedan velarlos como corresponde”

El asesino, que se suicidó, dejó una carta de dos carillas en donde se excusa por haber asesinado a su esposa y al hijo de esta. “Yo era una mucama acá”, escribió.

Sandra y Thiago fueron asesinados en Olavarría.
Sandra y Thiago fueron asesinados en Olavarría. Foto: Web

Marcelo Fabián Ene asesinó a su pareja, María Sandra Aguer, y a su hijastro, Thiago Contreras, y los metió en un freezer. Luego, se suicidó ahorcándose en la misma casa. Este miércoles, se conoció una carta que dejó en la escena del crimen.

“Me levanté sin decir nada, agarré el martillo, entré a la pieza sin mediar palabras y le di 10 martillazos en la cabeza y luego fui al futón y le di otros 10 martillazos al pendejo (sic)”, escribió en el texto Ene. Además, sobre el niño dijo que era “maleducado, prepotente, caprichoso y altanero”.

“Yo sé que no se justifica lo que hice. Fue una reacción de la cual me arrepiento”, agregaba.

Luego pasó a describir cómo era su día a día, a modo de pretexto para argumentar su injustificable acción. “Yo era una mucama acá. Me llenó los huevos. Tenía que cocinar, lavar los platos, hacer los mandados”, expresó.

“Era algo insoportable y estresante llegar todos los días de trabajar y problemas tras problemas y yo no hacía más nada que trabajar, cocinar y dormir”, destacó. Al mismo tiempo se refería a que su esposa no lo dejaba hablar con sus amigos, tomarse una cerveza o salir con la excusa de hacer “un mandado” porque desconfiaba de la relación que podía tener con la almacenera.

Fui un hijo de mil puta. Solo me queda pedir perdón, pero el perdón no arregla lo que hice. No le digan a mi vieja, tírenme al arroyo y listo”, cerró, no sin antes contar por qué decidió meter los cuerpos en el congelador. “Los metí al freezer para que puedan velarlos como corresponde”, señaló, en una indignante posdata.

La investigación del caso quedó en manos de la Paula Serrano, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 4 descentralizada de Olavarría, que esperaba el resultado preliminar de la autopsia para avanzar con la investigación de rigor. De todos modos, al estar muerto el asesino, no hay quien pueda ser imputado por los crímenes.

Quiénes eran las víctimas y el asesino

Sandra tuvo seis hijos, Thiago era el menor. Se separó del padre de los chicos hace unos seis años y hace cuatro que estaba en pareja con Ene, 12 años menor que ella. Trabajaba en un kiosco armado en su propia casa.

Del femicida se sabe que trabajaba en una leñera a tres cuadras de su casa. Desde el entorno de la víctima lo describen como “un clavo” en la vida de la mujer.

No obstante, no había denuncias en su contra por violencia de género ni tampoco testimonios que indiquen gritos o discusiones previas. Nada parecía hacer sospechar que había un vínculo violento.

En la casa del horror, en tanto, encontraron “grandes cantidades de cocaína” y la maza que se habría utilizado para cometer los asesinatos.