Crimen de Fernando Pérez Algaba, el empresario descuartizado: cuándo y dónde se activó por última vez su celular

Una nueva pista en la investigación dio a conocer el último rastro que dejó Pérez Algaba antes de desaparecer.

El empresario Fernando Pérez Algaba. (Prensa/Télam)
El empresario Fernando Pérez Algaba. (Prensa/Télam)

Los investigadores del caso del empresario Fernando Pérez Algaba, cuyo cuerpo fue descuartizado y encontrado en un arroyo dentro de una valija en la localidad bonaerense de Ingeniero Budge, encontraron una nueva pista que resulta ser clave para la causa.

Se descubrió que la última conexión del teléfono celular que utilizaba el hombre fue el 18 de julio pasado, en el partido de General Rodríguez. Ese mismo día Fernando se había encontrado allí con dos examigos para cobrarles una deuda que tenían, horas antes de lo previsto para abordar un vuelo a Barcelona, España.

“Lo último que tenemos es que se juntó con dos exsocios y examigos y que el teléfono celular registra su último movimiento ahí alrededor de las 18 horas”, detalló a Télam una fuente cercana a la causa.

Algaba mantuvo un encuentro con Nahuel Vargas y con Maximiliano Pilepich, un hombre vinculado al rubro de la construcción que le había prestado la camioneta Range Rover modelo 2012, que el empresario usó los días previos al crimen.

Los investigadores tomaron muestras del vehículo en el que se movilizaba Pérez Algaba antes de ser asesinado y buscan restos de sangre.

Pilepich fue quien entregó el vehículo a la policía de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Lomas de Zamora, una semana después del hallazgo de los restos de la víctima.

La declaración de los amigos del empresario descuartizado

Ambos hombres admitieron ante el fiscal de Lomas de Zamora, Marcelo Domínguez, haberse encontrado con Pérez Algaba cerca de las 17.30 o 18 de ese martes 18 de julio para terminar de saldar una deuda de 150 mil dólares que habían contraído con él.

Según los testimonios, la víctima llegó a bordo de esa camioneta hasta General Rodríguez, donde se encontró con Vargas y con Pilepich, que lo esperaban en otro auto.

Allí, Pérez Algaba habría recibido 60 mil dólares de esa deuda -los otros 90 mil ya se los habían pagado en una escribanía de Castelar- y después le devolvió la camioneta a Pilepich, que se retiró con Vargas del lugar, uno en cada vehículo.

Para los investigadores, lo que pasó después del intercambio es el gran enigma del relato de Vargas y de Pilepich, hasta ahora testigos en la causa.